Estimado
equipo del Ojo Cojo Film Festival
Estimado
jurado
Apreciable
público
Cuando
en el año
1969, Roque Dalton ganó
el premio Casa de Las Américas en La Habana,
por su libro Taberna y otros lugares;
dedicó el significado de este premio a sus compañeros,
sus hermanos, los combatientes que, en la clandestinidad de las
ciudades y de las montañas
de Centroamérica, pagaron por adelantado el precio durísimo de la
futura felicidad de estos pueblos.
Yo estaba
pensando ¿a quién podría dedicar este premio?, que recibo ahora
con gran orgullo, en nombre de todo el equipo, de quienes trabajamos
juntos para elaborar este documental.
Mi primera
idea fue dedicarlo a la gente maravillosa que está organizando, con
muy pocos recursos, un festival de cine tan trascendente y, además,
muchos proyectos interculturales altamente necesarios. Pero, si
ustedes me dan un premio y yo les dedico el significado del mismo a
ustedes, esto se convierte, de cierto modo, en un círculo que, por
virtuoso que sea, no abriría mayores perspectivas.
Mi segunda
idea fue dedicar lo que este premio significa, a la misma gente a
quienes Dalton dedicó el suyo: a esa generación de guerrilleras y
guerrilleros que lograron cambiar completamente la cara política del
continente latinoamericano. Lo que en los tiempos de Dalton era un
continente de dictaduras sangrientas -que bajo los auspicios de las
agencias estadounidenses mataron a sindicalistas, feministas,
marxistas y rebeldes- las luchadoras y los luchadores de clase lo
convirtieron en un continente rojo, donde aún prevalecen las
consciencias clasistas y las posturas anticoloniales, de las cuales
tenemos mucho que aprender, nosotras y nosotros aquí en Europa.
Nosotros los europeos, herederos del colonialismo, que muchas veces
disfrutamos de esta herencia sin conciencia de ello, sin asumir esa
responsabilidad.
Entre
aquellos a quienes Dalton dedicó su premio, está Salvador Sánchez
Cerén, excomandante del Frente Farabundo Martí para la Liberación
Nacional (FMLN), hoy día, Presidente electo de la Republica de El
Salvador.
Entre
aquellos a quienes Dalton dedicó su premio, está también Santos
Lino Ramírez, que murió de cáncer el pasado jueves 2 de octubre en
El Salvador. Santos Lino Ramírez fue el comandante Chele Cesar del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, quien luchó 20
años
contra la oligarquía salvadoreña, misma que, solamente con un apoyo
de 3 millones de dólares diarios por parte de los Estados Unidos,
podía mantenerse en el poder contra un pueblo sublevado en armas.
Santos
Lino es uno de los testigos, que ya
sabiéndose enfermo de cáncer, se
atrevió a hablar frente a nuestra cámara, de los acontecimientos
dentro del Ejercito Revolucionario del Pueblo que condujeron al
asesinato de Dalton.
Después
de los acuerdos de paz, en 1992, Santos Lino fundó una cooperativa
para montar una salinera. Pasados tres años de trabajos e
inversiones, se lograron producir las primeras toneladas de sal. Pero
el gobierno derechista abrió el mercado salvadoreño para
importaciones de sal más barata, la cooperativa fracasó y el
combatiente antiimperialista Santos Lino, se vio obligado a migrar a
Estados Unidos, con ayuda de los coyotes, para ganarse la vida como
obrero de la construcción. Allí trabajó en un proyecto de
eliminación de materiales cancerígenos, como el asbesto, de las
instalaciones del Pentágono. Probablemente en estas obras se ganó
el cáncer (y una absurda mala fama de trabajar para el Pentágono).
Se puede decir, que el imperialismo mató al comandante legendario y
militarmente invencible con la fuerza de la explotación económica.
Pero, entre
aquellos a quienes Dalton dedicó su premio, están también sus
asesinos. Por ejemplo, Joaquín Villalobos, excomandante del Ejercito
Revolucionario del Pueblo y del Frente Farabundo Martí. Fue él
quien jaló el gatillo de la pistola para matar a Dalton. Joaquín
Villalobos hoy en día, usa sus profundos conocimientos de la táctica
guerrillera, para asesorar a gobiernos de derecha en sus intentos de
oprimir movimientos rebeldes de izquierda.
Entre
aquellos a quienes Dalton dedicó su premio, igualmente está Jorge
Meléndez, colaborador en su asesinato. A pesar de que hasta hoy en
día, Meléndez se niega a aclarar los conflictos políticos y los
celos personales dentro del Ejercito Revolucionario del Pueblo, que
condujeron al asesinato de Roque. A pesar de que se niega a dar a
conocer el lugar exacto en donde enterraron los restos del
guerrillero poeta y su compañero,
Armando Arteaga, al que mataron junto con él.
A pesar
de que se niega a pedir perdón a la familia de Dalton, por haber
asistido al asesinato del padre, esposo, hermano.
A pesar
de todo esto, el presidente Sánchez Cerén nombró a Jorge Meléndez
como
Secretario de Protección Civil dentro del segundo gobierno de
izquierda en El Salvador; sin duda
una
violación innecesaria y escandalosa de las altas aspiraciones
morales del gobierno del FMLN.
Ustedes
pueden ver que la complejidad de la historia, impide repetir la
dedicatoria de Dalton, por lo menos literalmente…
Entonces,
a quiénes podría yo dedicar el significado de este premio,
intentando repetir el gesto del protagonista de esta historia y hacer
una referencia a la gente que paga un precio duro para cambiar el
mundo en uno más justo, más bello, más habitable.
¿A
los que luchan contra los desalojos en España?
¿A
los que tratan de impedir el tratado de libre comercio TTIP en toda
la Europa?
¿A
los que luchan por el derecho de todos y todas a moverse libremente
en el mundo sin ahogarse en el mar o ser cocidos a balazos en las
fronteras?
Roque
Dalton dedicó su premio explícitamente a los combatientes
guerrilleros, entre quienes participaban ya en ese tiempo muchas
mujeres.
Hay
voces que dicen que la muerte de Dalton comprueba que la lucha armada
es, en todos los casos, un error; porque los revolucionarios que
empiezan a solucionar problemas políticos con las armas, terminan
por solucionar todos los problemas con las mismas y se matan entre
ellos. Creo que sería un mundo más bello si todas las luchas se
pudieran pelear con métodos pacíficos. Pero la tragedia es que, hay
momentos políticos e históricos en los cuales no hay más remedio
contra la violencia de la injusticia, de la opresión y del fascismo,
que la contraviolencia, la lucha armada.
Así,
yo quiero dedicar este premio y su significado a
las combatientes kurdas, que en la clandestinidad de las ciudades
turcas y en las montañas
del Kurdistán, ocupadas por Turquía, Siria e Irán, luchan por un
Kurdistán libre, multiétnico, multirreligioso y feminista. En el
medio oriente, estas combatientes son perseguidas por los ejércitos
de los estados que ocupan su tierra y por los fanáticos
islamofascistas. En Europa, son perseguidas, ya que la OTAN hace el
juego al gobierno turco y declaró organización terrorista a la
única fuerza política realmente democrática en esta región: el
PKK y sus organizaciones hermanas en Irak, Irán y Siria.
En enero del
2013, tres compañeras kurdas: Sakine Chansiz, Fidan Dogan y Leyla
Shaylemez, fueron asesinadas en el centro de París. Hoy en día la
guerrilleras kurdas están luchando en Siria, defendiendo Kobane
contra Daesh, el estado islámico. Abandonadas a su suerte por
Europa, defienden la región kurda de Siria, que en los últimos tres
años desarrolló estructuras de autogobierno democrático.
Pienso que
Roque Dalton les hubiera dedicado no solamente un premio, sino
también algunos poemas. De pronto se burlaría un poquito del
celibato dentro de las unidades guerrilleras kurdas, pero gozaría
mucho de sus sonrisas revolucionarias. Seguramente, hubiera firmado
las peticiones para enviar armas al PKK y al PYD y, de la misma
forma, borrar inmediatamente al PKK de la lista de organizaciones
terroristas.
Finalmente,
podemos concluir con el siguiente poema que Dalton escribió en la
casa secreta donde vivía, junto con su compañera guerrillera, Lil
Milagro. Está dedicado a las mujeres de las que hablo, en algún
sentido:
VIDA, OFICIOS
Insoslayable
para la vida,
la
nueva vida me amanece: es un pequeño
sol
con raíces que habré de regar mucho
e
impulsar a que juegue
su
propio ataque contra la cizaña.
Pequeño
y pobre pan de la solidaridad,
bandera
contra el frío, agua fresca para la sangre:
elementos
maternos que no deben alejarse
del
corazón.
Y
contra la melancolía, la confianza; contra
la
desesperación,
la
voz del pueblo
vibrando
en las ventanas de esta casa secreta.
Descubrir,
descifrar,
articular,
poner
en marcha:
viejos
oficios de los libertadores y los mártires
que
ahora son nuestras obligaciones
y
que andan por allí contándonos los pasos:
del
desayuno al sueño,
del
sigilo en sigilo,
de
acción en acción,
de
vida en vida.
Gracias.
Tina Leisch.
Madrid, España, 10 de
octubre de 2014.
Discurso leído en la
entrega del Premio Ojo Cojo Film Festival.
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"Ich setze voraus, dass in jeder Gesellschaft die Produktion des Diskurses zugleich kontrolliert, selektiert, organisiert und kanalisiert wird – und zwar durch gewisse Prozeduren, deren Aufgabe es ist, die Kräfte und die Gefahren des Diskurses zu bändigen, sein unberechenbar Ereignishaftes zu bannen, seine schwere und bedrohliche Materialität zu umgehen." Michel Foucault